martes, 21 de septiembre de 2010

El primer amor

No sé si él recordará aquella tarde de agosto del mismo modo que yo. Nos reencontramos cada cierto tiempo y no hablamos más que de los pequeños cambios que se han producido en nuestra vida desde la última vez que nos dijimos: un nuevo trabajo, un viaje al extranjero, una nueva pareja... Pero yo no puedo evitar mirar en la profundidad de sus ojos y todavía recuerdos de sus gestos, sus manos, su mirada de los catorce años.
Cuando nos despedimos con un "Adiós, espero volver a verte", dejamos abierta la puerta a un posible encuentro por azar..., y en la memoria queda la sensación de haber revivido aquella tarde de agosto.

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